9 mar 2014

El beso de la mujer araña


- La pareja se levanta para salir, Irena se esconde detrás de un árbol. Los ve que se saludan y se separan.
- ¿Cómo se saludan?
- Él la besa en la mejilla. Ella tiene un sombrero de ala requintada. Irena no tiene sombrero, el pelo enrulado le brilla bajo los faroles de la calle desierta, porque está siguiendo a la otra. La otra toma un camino directo a su casa, que es atravesando el parque, el Central Park, que esta ahí frente a las oficinas, es una calle que a veces es como un túnel, porque el parque tiene como lomas, y este camino recto, y está a veces excavado en las lomas, es como una calle, con tráfico pero no mucho, como un atajo, y un ómnibus que la atraviesa. Y a veces la colega toma el ómnibus para no caminar tanto, y otras veces va caminando, porque el ómnibus pasa de tanto en tanto. Y la colega decide caminar esta vez, para un poco ventilarse las ideas, porque le explota la cabeza después de hablar con el muchacho, él le ha contado todo, de Irena que no se acuesta con él, de las pesadillas que tiene con las mujeres panteras. Y esta tipa está enamorada del muchacho, de veras se siente de lo más confundida, porque ya se había resignado a perderlo, y ahora no, está otra vez con esperanza. Y por un lado está contenta, ya que no todo se perdió, y por el otro lado tiene miedo de ilusionarse de nuevo y después sufrir, de quedarse con las manos vacías todas las veces. Y va pensando en todo eso, caminando rapidito porque hace frío. No hay nadie por ahí, a los lados del camino está el parque oscuro, no hay viento, no se mueve una hoja, lo único que se siente es pasos detrás de la colega, taconeo de zapatos de mujer...

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