25 mar 2014

Ayer

En ese segundo, con la omnisciencia del semisueño,
medí el horror de lo que tanto maravilla y encanta a las religiones:
 la perfección eterna del cosmos, la revolución inacabable del globo sobre su eje.
Náusea, sensación insoportable de coacción.
¡Estoy obligado a tolerar que el sol salga todos los días! 
Es monstruoso.
Es inhumano.

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