11 dic 2013

Objeto a

Cuando Freud escribe que el sujeto hace el duelo por el objeto perdido, no dice. F: "por la persona amada y perdida", sino: "por el objeto perdido". ¿Por qué? ¿Quién era la persona amada que se perdió? ¿Qué significa para nosotros ese otro que se ama o que se ha amado, ya sea que esté presente o que haya desaparecido? ¿Qué lugar ocupa para nosotros la "persona" amada? ¿Pero se trata verdaderamente de una persona?... Alguien podría decir: "Es una imagen. La persona amada es la propia imagen amada por uno". Es correcto, pero no basta. Otra respuesta sería: "La persona amada no es una imagen, la persona amada es un cuerpo que prolonga el propio cuerpo". Es otra vez correcto, pero sigue siendo insuficiente. Finalmente, una tercera respuesta nos describiría a la persona amada como el representante de una historia, de un conjunto de experiencias pasadas. Para ser más exactos, esa persona llevaría la marca común, vehiculizaría el rasgo común de todos los seres amados a lo largo de una vida. A este respecto, se puede hacer referencia al texto de Freud Psicología de las masas y análisis del yo en el que distingue tres tipos de identificación, entre ellas la que designa como identificación del sujeto a un rasgo del objeto, es decir, a un rasgo de todos los seres que hemos amado. En este artículo, Freud nos proporciona una importante observación para comprender cómo se forma una pareja hombre/mujer: se ama a aquel que porta el rasgo del objeto amado precedentemente, y esto es así a tal punto que se podría afirmar que en una vida todos los seres que hemos amado se asemejan por un rasgo. Efectivamente, cuando se conoce a alguien nuevo, muchas veces sorprende comprobar que porta la marca de otra persona que se amó anteriormente. La idea genial de Freud consistió en revelar que esta marca, que persiste y se repite en el primero, en el segundo y en todos los otros sucesivos partenaires de una historia, es un rasgo y que este rasgo no es cosa alguna sino nosotros mismos. El sujeto es el rasgo en común de los objetos amados y perdidos a lo largo de una vida. Esto es, precisamente, lo que Lacan denominará rasgo unario.
Entonces, si retomamos las tres respuestas posibles a la pregunta "¿Quién es el otro?", diremos: el otro amado es la imagen que amo de mí mismo. El otro amado es un cuerpo que prolonga el mío. El otro amado es un rasgo repetitivo con el cual me identifico. Pero en ninguna de estas tres respuestas -la primera, imaginaria (el otro como imagen), la segunda, fantasmática (el otro como cuerpo), y la tercera, simbólica (el otro como rasgo que condensa una historia)- se revela la esencia del otro amado. Finalmente, no sabemos quién es el otro elegido. Ahora  bien, justamente, es aquí donde aparece el objeto a en el lugar de una no respuesta. De todos modos, veremos que de los tres enfoques para definir al otro -imaginario, fantasmático y simbólico- el que remite más directamente al concepto lacaniano de objeto a es el segundo: el otro elegido es esa parte fantasmática y gozante  de mi cuerpo que se prolonga y se me escapa.

9 dic 2013

Análisis de Melancolía - Lars Von Trier

             “La estructura de Melancolía hunde sus raíces en dos de los más importantes mitos religiosos: El Génesis y La Caída del Mito de los Primeros Padres y el Mito del Apocalipsis. ”

Afortunadamente la película Melancolía del director danés, Lars Von Trier, tiene más de una manera de ser interpretada y analizada. En este caso elegimos desentrañar esta obra de arte desde la perspectiva mitológica y el simbolismo presente en la religión, pero, no por esto dejamos de lado el hecho de que este punto de vista lejos está de componer la única explicación satisfactoria. Para demostrar esto haremos un recorrido con el fin de entender a qué llamamos mito y averiguar el modo en el cual éste se hace sustento estructural de una obra de arte.

Para comenzar debemos analizar el concepto de "mito" ya que se presentan muchas problemáticas gracias a la diversa cantidad de definiciones que rodean esta noción. El filósofo e historiador de las religiones, Mircea Elíade[1], explica que el mito relata una historia sagrada, es decir, un acontecimiento que ha tenido lugar en un tiempo primordial y que es el relato de una creación. El autor manifiesta que los mitos describen las irrupciones de lo sagrado en el mundo terrenal y que estos enseñan a los hombres las historias primordiales que lo han constituido esencialmente y todo lo que se relaciona con su existencia. El profesor Primitivo Martínez Fernández[2] expone que los mitos corresponden al universo simbólico y no al conocimiento científico y que todo objeto cósmico tiene una historia mítica. También, Martínez Fernández, hace hincapié en que el mito no es una garantía de moral y que su función recae en brindar modelos arquetípicos para lograr dar significado al cosmos y a la existencia de los hombres.

Mircea Elíade, enumera cinco características del "mito": son historias de actos sobrenaturales; son historias "verdaderas" y sagradas; se refieren a una creación; sirven para conocer el 'origen' de las cosas, es un conocimiento que se 'vive' ritualmente; y por último que el mito se 'vive', se exaltan sus acontecimiento, se los rememora y reactualizan. A partir de estas características podemos notar que hay una estrecha relación entre los conceptos de "mito" y "Cristianismo". Nos cuenta que el considerado Padre de la Iglesia, Orígenes, notó que la originalidad del cristianismo recae en que la Encarnación tuvo lugar en un Tiempo Histórico (y no en un tiempo cósmico, como el proclamado por los mitos). Otro dato a tener en cuenta es que al proclamar la Encarnación, la Resurrección y la Ascensión del Verbo, los hombres cristianos no creían estar presentando un nuevo mito (a pesar de que reiteran y reactualizan ritualmente este drama ejemplar e imitan el modelo supremo, revelado por la vida y las enseñanzas de Jesucristo). Es decir, como explica el autor, este procedimiento religioso llevado a cabo por el Cristianismo está fuertemente relacionado con el pensamiento mítico auténtico.

El Mito de los Primeros Padres[3], también conocido como el mito de Adán y Eva, cuenta la creación del primer hombre y la primera mujer a imagen y semejanza de Dios en un tiempo primordial. El mito narra la historia de estos primeros hombres quienes tenían la prohibición de comer el fruto del árbol del conocimiento pero que, tentados por la serpiente, lo hacen (cometiendo el pecado original) y quedan desterrados del Edén. Este mito explica la universalidad y el carácter hereditario del pecado sobre los hombres a partir del primer pecado ocurrido en un tiempo cósmico. A partir del pecado original la armonía en la que se vivían los primeros padres, se destruye, la unión entre el hombre y la mujer es sometida a conflictos en donde sus relaciones estarán estampadas por el deseo y el dominio. También se destruye la armonía de los hombres con la creación ya que ésta se vuelve extraña y hostil para ellos. La mayor de las consecuencias de este pecado original y primitivo, explícitamente anunciada, será que el hombre "volverá al polvo del que fue formado". Es decir que se introduce el concepto de "muerte" en la historia de la humanidad.

En esta obra de arte del reconocido director danés Lars Von Trier, Melancolía, encontramos muchas interrelaciones con el mito al que hicimos referencia. Desde la construcción de los personajes, los elementos que conviven en el film, la grandiosa escena final, el planeta Melancolía (que adquiere una gran importancia cosmológica), todo el film está vinculado con El Génesis y la Caída del Mito de los Primeros Padres.

Para poder ahondar y profundizar en este tema debemos tener en cuenta lo que explica el sacerdote jesuita Alfredo Sáenz[4] acerca de que las obras de arte no son azarosas ni pueden realizarse sin un conocimiento previo de su paradigma. Manifiesta que la tarea del artista es hacer visible lo invisible, es decir, que la obra de arte es la revelación de la forma (en el sentido esencial de una cosa) invisible que se encuentra en el interior del artista, que la belleza está vinculada al conocimiento y que componer una obra de arte requiere de una carga intelectual. El autor nos cuenta que el artista vislumbra la forma, se impregna de ella y la considera como modelo de lo que se puede traducir e imitar. Concluye que la imitación es el puente entre la idea y el material visible, la personificación imaginativa de la forma ideal contemplada. Habiendo aclarado esto, lo que nos queda por preguntarnos es cómo hace Lars Von Trier para materializar lo invisible, la estructura mítica, en Melancolía. La respuesta es sencilla, lo hace a través de los signos plásticos, imágenes, alegorías y, fundamentalmente, por medio de metáforas. El autor Juan José Sánchez[5] nos expone que los signos plásticos (ya sean imágenes o íconos) trabajan por analogía y hacen presente la realidad significada; la alegoría está en representación de una cosa en donde se establece un vínculo conceptual con lo que se representa (no es arbitraria la relación); y por último define a la metáfora como una creación de sentido y una innovación semántica, la cual tiene una traducción infinita y su sentido es inagotable. La metáfora es permanente en el lenguaje artístico. Lars Von Trier se vale de todos estos recursos para personificar el Mito de los Primeros Padres en Melancolía.

Los personajes de esta película están construidos de cierto modo particular para lograr hacer referencia a la historia primitiva de la Creación de Mundo propuesta por la religión judeocristiana. Yendo a la película vemos que en la primera escena tenemos una limusina, con Justine y Michael dentro, a la cual se le dificulta poder avanzar por un camino angosto. Desde aquí ya encontramos una relación con lo escrito por Mateo[6] en el Nuevo Testamento: “Entrad por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la vida y son pocos los que la encuentran”. A nuestros protagonistas se les dificulta la entrada por el “camino” que aquí funciona como una alegoría de las complicaciones presentes en el recorrido, que representa la vida terrenal, y que es preciso transitar para mantener el alma eterna y libre de pecados. Es esta complicación la que los lleva a decidir bajarse de la limusina, desistiendo de entrar por la “puerta angosta”, y elegir tomar el camino sencillo. Esto implica atravesar la “puerta ancha” que como consecuencia provoca que lleguen tarde a la fiesta de su propia boda. Este modo de llegada, representa el inicio del tránsito por el camino de la perdición que se ve reflejado en la poca importancia que los protagonistas le dan a un sacramento tan importante como es el casamiento.

Desde que ellos llegan podemos apreciar otro elemento a tener en cuenta: la inmensidad y la belleza majestuosa del jardín de la casa de Claire y John. Este hermoso jardín nos remite, iconográficamente, a los jardines del Edén (el paraíso) creado por Dios para los primeros hombres no pecadores. Como referencia a lo anteriormente dicho podemos remitirnos a un cuadro en particular del artista plástico Hieronymus Bosch (El Bosco) llamado “El jardín de las Delicias”(imágenes 1 y 2). Esta obra está presentada en formato de cuadro tríptico en donde en sus tres paneles se ve reflejado el principio y el fin de la humanidad. En el panel lateral izquierdo se ve personificado el paraíso original perdido (Edén), que funciona como contextualización del mito de los primero padres de manera iconográfica.

Es a partir de este punto que podemos entender la construcción de los personajes que construye el director: Justine es el modelo de Eva en El Génesis, tiene el don de la clarividencia (lo veremos más adelante) ya que ha pecado y comido del árbol del conocimiento y carga con una culpa inmensa, como analizaremos también más adelante, por ser la pecadora original y representa a la madre que sembró el pecado y sus inexorables consecuencias en la humanidad. El personaje de Michael (que viene del hebreo y significa “el que es como Dios”) es el modelo de Adán en El Génesis, está sujeto a los encantos de Eva y luego le hará entrega de una foto de un terreno adquirido llamado “Manzanas Empire” como imagen plástica del fruto del árbol del conocimiento y alegoría del Pecado Original. Gaby (la madre de Justine y Claire) personifica al ángel Gabriel conocido por ser el angélico mensajero celestial y esto se refleja en su nombre fundamentalmente y en frases como "disfrútalo mientras dure" o cuando le dice a Justine que "necesita de su consejo para crecer" y que "debería tener miedo". Con esto se podría interpretar que Justine está recibiendo un anuncio del Señor. También las ropas de Gaby son de color celeste como se suele representar las vestimentas del ángel Gabriel (por ejemplo en el cuadro “La anunciación” de Philippe de Champaigne (imagen 3) y contiene una espiral que nos remite a la aureola de este ángel. El personaje del padre de Justine y Claire, Dexter (del latín "del lado derecho") está en representación de Jesús. Esto se ve reflejado en que, al igual que Jesús poseía en su vida a dos Marías (María su madre y María Magdalena), él posee dos también dos Bettys. Por otra parte Dexter nos llama la atención en la escena de las cucharas en donde se hace referencia a los “milagros” que puede hacer y cómo Little Father (a quien analizaremos a continuación) obedece sin cuestionar a pesar de ver a la luz de los ojos de todos el engaño. El personaje del mayordomo, Little Father, encarna la figura de los párrocos, curas o a los representantes de la fe en su conjunto y esto queda expuesto en la escena de las cucharas ya que responde servilmente al pedido de Dexter a pesar de no comprenderlo, y también cuando vuelve a entrar a la casa las valijas de Gaby que ha sido desterrada por John lo que se entiende como una restauración de la fe frente a su desplazamiento. John (que en hebreo significa “fiel a Dios”) constituye al sujeto de la ciencia que se encuentra errado con respecto a la trayectoria del planeta. Este personaje no solo está equivocado en sus cálculos científicos sino que además se suicida y esto representa al hombre siendo defraudado por la ciencia (bajo el control de Dios), en una clara ironía final. Dios hace que la ciencia defraude a la humanidad para mostrarse presente con total claridad ante los hombres mortales en el fin de sus días terrenales. Otro personaje fundamental es el de Jack (del hebreo "el que suplanta") quién encarna a la figura del diablo con su necesidad de dinero, su avaricia, egoísmo y su imposición constante. Como si fuese poco posee a Tim quien es contratado y mandando a acechar a Justine representando el papel de la serpiente como alegoría del Mal. El jóven Tim es adultero, no consigue su objetivo y termina siendo castigado. La otra protagonista de Melancolía es Claire quien tiene el rol de madre y cuidadora de Justine y representa a la Madre - Tierra o al Sol. El pequeño Leo, hijo de Claire y John, forma con sus iniciales "Low Earth Orbit " y representa a la Luna ya que es hijo único (imagen 4). Además en el plano de los tres protagonistas fuera en la noche, él camina debajo de la luna. Para finalizar, no es casual que el caballo de Justine se llame Abraham, que es la bestia de la nobleza, porque en El Génesis, Dios hace un pacto con Abraham en donde le pide que abandone su tierra y se vaya a un nuevo lugar desconocido (Claire también deja en libertad al caballo para que se vaya y así ocultar el suicidio de su marido). [7]

Si tomamos al planeta Melancolía como un personaje más de este film, podemos analizar que éste se muestra presente alumbrando a todos con su brillo azulado en representación de la mirada de Dios sobre el mundo. Esta personaje actuaría como una especie de superyó externo que influye como autoridad moral (sádica) sobre los personajes. Esto tiene una estrecha relación con el estado anímico que comienza a dominar a Justine: la melancolía. El psicoanálisis explica que ésta es una patología en donde lo forcluido por el sujeto no retorna como alucinación o delirio, sino que aparece como un superyó tiránico, como bien describíamos al planeta que se acerca a la Tierra.[8] Debemos aclarar que la melancolía está relacionada con la forclusión, ya que se trata de un agujero en lo simbólico, y la falta toma lugar donde no aparece el objeto a. El objeto a que falta se transforma en los imperativos superyoicos que hace desaparecer al sujeto, apareciendo un goce tiránico, se reclama el goce en forma de reproches y castigo. Esta es una actitud que toma constantemente Justine quien parece actuar de modo fuera de lo común en su propia boda ye} en donde los invitados se lo reprochan más de una vez. En la melancolía se ha instaurado la ley (el Nombre-Del-Padre) y la vemos aparecer en forma de un superyó que tiraniza al yo hasta el extremo de dejar su huella en forma de fracaso, de determinación, de culpa, de destino, al cual el sujeto se aferra gozoso. El odio cae sobre sí mismo (satisfacción sádica), goce del superyó. Vale aclarar que en la psicosis hay ruptura de la cadena significante (la paranoia y la alucinación como proceso restitutivo de la forclusión del Nombre-del-Padre), pero en la melancolía la cadena no está rota sólo que no funciona, no hay delirio, el proceso de restitución se realiza a través de la presencia de un superyó tiránico. El padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, lo nombró como "la alteración del sentimiento de sí", es decir, la suma de autorreproches y culpa que carga el melancólico como mecanismo de forclusión que le imposibilita desear y lo acerca al acto suicida. Años más tarde, Jacques Lacan, apunta que "No hay ser que exprese de manera tan patética el dolor de existir, el deseo de sufrimiento como el melancólico: de ahí su relación con la muerte." Si, para el melancólico, la situación es tan fatal (desde el punto de vista imaginario) es debido al factor muerte. Lo paradójico es que el factor muerte es el deseo inmortal del melancólico, su manera de restituir lo agujereado en lo simbólico. Busca el suicidio, el paso al acto, porque no encuentra la salida del paranoico con su metáfora delirante, tan sólo encuentra un superyó que castiga. Es por este motivo que Justine se siente atraída y cautivada por el planeta que puede colisionar con la tierra y no le teme en lo absoluto.

La película comienza, al igual que el Mito, poniendo a Adán y a Eva (Michael y Justine) en el Edén (casa de John y Claire) en una posición de armonía y felicidad como vemos en el panel izquierdo de nuestra referencia pictórica "El jardín de las delicias". Al principio la pareja parece radiante, están todos festejando en un lugar divino. La fiesta comienza y todo pareciera ir en orden pero la advertencia de Little Father (representante del cristianismo) acerca de que “la bandeja se pasa hacia la izquierda” nos advierte que en esta felicidad hay ciertas reglas que respetar. El primer cambio importante en la actitud de Justine se refleja luego del discurso de Jack (quien representa el Mal) que comienza por corromper la armonía de la fiesta. Al respecto de esto es curioso resaltar que cada vez que Jack o Tim aparecen el humor de Justine cambia radicalmente como si estuviese siendo tentada y agobiada por el mal. El discurso de Jack es seguido de la discusión entre los padres de Justine y Claire en donde Gaby, su madre, acaba diciendo “disfrútenlo mientras dure”. Acto seguido se inicia la transformación en Justine. Claire aparta a Justine del contexto festivo a un cuarto lúgubre para calmarla pero Justine se justifica diciendo “yo no hice nada” a lo cual Claire remata expresándole “sabés a lo que me refiero”. La fiesta continúa pero Justine ya no es la misma, decide salir al formidable jardín y orina en él mirando el cielo, mostrando la corrupción de la divinidad. Continuando, lo siguiente destacable es que Justine se queda dormida en la cama de Leo en su propia fiesta de casamiento y, al ser despertada por Claire, le cuenta un sueño que tuvo (que se ve en el prólogo de la película -imagen 5-) en donde se ve a ella misma vestida de novia amarrada al suelo cargando unos unas raíces muy pensadas que le complican el avanzar. Aquí comenzamos a percibir la clarividencia de Justine por dos motivos: el primero debido a que este sueño es anticipador de la culpa del pecado original con la que cargará siendo la madre de la humanidad desde una perspectiva cósmica y, el segundo, desde una perspectiva más terrenal porque le dice a Claire que “ella sabe que odia vivir ahí” y acierta. Este sueño de Justine también conlleva una relación con su estado de ánimo melancólico. El psicoánalisis explica que el discurso del sujeto melancólico es alusivo de una figura retórica conocida como hipotiposis, que se refiere a una al acto de describir “una escena de modo tan vivido, tan enérgico, y tan bien observado que se ofrece ante los ojos como la presencia, el relieve y los colores de la realidad" tal cual como está materializado, en una imagen visual que remite a un cuadro, el sueño de Justine en el prólogo de la película. Inmediatamente vemos que Justine decide darse un baño. El motivo por el cual realiza esta acción es que, al caer en la cuenta de lo que sucederá, trata de quitar todo lo malo en ella con el agua como alegoría de la purificación del alma. Seguido a esto se acerca a Michael y le pide perdón, él trata de consolarla diciendo que “no es culpa de ella” pero Justine acepta su culpa humildemente. En la siguiente escena Michael le da a Justine la foto del terreno recientemente adquirido para ellos llamado “Manzana Empires”, esta foto nos remite visualmente a la manzana como fruto prohibido del árbol del conocimiento y es la alegoría de que el Pecado Original ya ha tenido lugar en el relato (y que luego se extenderá a todos los hombres como vemos en la imagen 1c). En esta escena Michael le propone hablar algunas cosas sobre el futuro y Justine le contesta "hablaremos de eso cuando llegue el momento" ya que prevé que eso nunca sucederá. En este punto el estado de ánimo de Justine está devastado y continúa yéndose a pique: finge las sonrisas, Jack y Tim la continúan agobiando, su hermana la critica, le dice a su madre que esta aterrada y recurre al alcohol para sobrellevar la situación. Justine sale junto a todos los invitados al jardín a mandar unos globos con deseos al cielo y al contemplar la inmensidad del universo su estado de ánimo empeora aún más. Justine y Michael van al cuarto para tener su primera noche de bodas pero la relación está arruinada y ella decide marcharse. Al salir al jardín comete adulterio con Tim, se pelea con Jack, Michael da por terminada la relación y su padre la abandona. La felicidad y la armonía han desaparecido, Melancolía se acerca materializando el mito de la Caída de los Primeros Padres y la expulsión del paraíso originario ha sido consumada. Para el psicoanálisis en la melancolía hay empobrecimiento del yo y aquí vemos como Justine queda empobrecida hasta lo más mínimo lo cual también se refleja en que la fotografía del film cambia radicalmente de los predominantes colores cálidos a una paleta de colores grises azulados y fríos.

Todo lo que resta de la película es la aceptación del final impuesto por Dios: la colisión con el planeta Melancolía es inevitable. La llegada del fin del mundo condiciona el estado de ánimo de los personajes y éstos reaccionan de manera distinta según su personalidad. Por ejemplo, Justine, respondiendo a su estado de ánimo melancólico, está absolutamente preparada para el final y lo invita a acercarse en la escena que se recuesta desnuda en las piedras bajo el brillo de Melancolía). En cambio Claire no puede representarse el significante de "muerte", sino que se le presenta como algo ajeno, algo no-ligado, pura pulsión de muerte, que la deja en diversos momentos, en un estado de angustia traumática (por ejemplo en la escena en donde le falla la respiración y se le acelera el ritmo cardíaco cuando están sentados en la galería fuera de la casa).

Si nos remitimos al Antiguo Testamento, encontramos, luego de la Caída de los Primeros Padres, esta cita:

"Cuando el Señor vio qué grande era la maldad del hombre en la tierra y cómo todos los designios que forjaban su mente tendían constantemente al mal se arrepintió de haber hecho al hombre sobre la tierra y sintió pesar su corazón. Por eso el Señor dijo: Voy a eliminar de la superficie del suelo a los hombres que he creado -y junto con ellos a las bestias, los reptiles y los pájaros del cielo- porque me arrepiento de haberlos hecho."[9]

Luego encontramos en el Apocalipsis, en el Nuevo Testamento, una cita que se asemeja mucho a la última escena de la película(imagen 6.) En esta cita está escrito:

"(...)los astros del cielo cayeron sobre la tierra como caen los higos verdes cuando la higuera es sacudida por un fuerte viento. El cielo se replegó como un pergamino que se enrolla y todas las montañas y las islas fueron arrancadas de sus sitios. Los reyes y los grandes de la tierra, los jefes militares, los ricos y los podemos, los esclavos y los hombres libres, todos se escondieron en las cavernas y entre las rocas de las montañas"[10]

Aquí se pueden establecer varios paralelismos entre la película y este mito. Lo "astros del cielo caerán sobre la tierra" como metáfora de este nuevo planeta llamado Melancolía. "El cielo se replegó como un pergamino" esto es lo que visualizamos en la última toma de la película, el cielo replegado y la colisión con el otro planeta. "Todos se escondieron en las cavernas" esto es lo que le promete Justine a Leo como refugio en las cuevas mágicas, es más, los tres protagonistas terminan escondidos en esta caverna mágica en el momento del fin del mundo. El escondite de las cavernas también se ve reflejado en el panel central de "El jardín de las delicias" en donde Eva se encuentra escondida en una caverna (imagen 1b).

Hay que tener en cuenta que para los judeocristianos el fin será uno sólo, así como también es única la creación del mundo por el Señor. Para esta religión el tiempo es lineal e irreversible, habrá sólo un juicio final en donde los hombres serán juzgados según sus actos. Pero el Apocalipsis es positivo, es un mensaje esperanzador para la humanidad y esto lo sabe Justine y por eso dice "la tierra es malvada" y sólo le resta espera el final como única solución, sin miedo, ni angustia. Es más, Justine encarna el llamado de la comunidad cristiana: "¡Ven, Señor!"[11] en la escena en que se recuesta desnuda en las piedras a la luz de Melancolía como invitándolo a acercarse (imagen 7). Es decir que esta segunda parte de la película hace referencia al Mito del Apocalipsis. Podemos añadir que este punto de vista del Apocalipsis, como final esperanzador, puede relacionarse en cierto punto con la visión de el filósofo Friedrich Hegel respecto de la muerte.[12] Hegel explica que la vida del espíritu no es la vida que se asusta ante la muerte y se mantiene pura de melancolía, sino la que sabe afrontarla y mantenerse en ella. Es decir que el espíritu se hace dueño de su verdad cuando se encuentra a sí mismo en el absoluto desgarramiento. El personaje de Justine avanza por el film en un movimiento dialéctico desde la perspectiva Hegeliana, ya que el principio intenta adecuarse al contexto social que la rodea (tesis), luego deja abordarse por la melancolía (antítesis) y luego todo esto es superado por la aceptación y preparación para la muerte (síntesis superadora), que en palabras de Hegel no es más que el acto del individuo de hacerse dueño de la verdad. Lo importante de entender aquí es que los primeros dos momentos de Justine no son contrarios ni se excluyen sino que son superados, conservados y anulados por la síntesis. A raíz de esto puede establecerse el vínculo con que Apocalipsis significa "revelación".

A partir de este análisis podemos dar cuenta que el relato puede desentrañarse en varias estructuras míticas de los tiempos primitivos presentes en La Biblia y que funcionan como fundamento de la religión. Es bueno recordar que esta es sólo una interpretación de Melancolía y que podrían desarrollarse otras desde diversos enfoques o desde otros autores. En esta ocasión han sido motivo de análisis las estructuras míticas religiosas que hacen de sustento a relato audiovisual titulado Melancolía.

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Imágenes
Imagen 1: Tríptico abierto "El jardín de las delicias". El panel izquierdo es el paraíso original, el Edén, con los primeros padres en él. El panel central es el falso paraíso en el que se encuentra la humanidad atravesado por el pecado. El panel de la derecha representa el infierno.




Imagen 1b: Eva, escondida en una caverna es señalada por Juan Bautista quien suele ser representado señalando al Cordero de Dios. Sin embargo, aquí no aparece señalando al que quita los pecados del mundo sino precisamente a la que los trajo.



Imagen 1c: La humanidad haciéndose cargo de la herencia del pecado original.




Imagen 2: Tríptico cerrado. Encontramos en él un fuerte parecido plástico con el planeta Melancolía.

Imagen 3: "La anunciación" de Philippe de Champaigne. El arcángel Gabriel representado usualmente con sus vestimentas de color celeste.


Imagen 4: Hipotiposis del sueño de Justine.


Imagen 5: Leo como representante terrenal de la Luna.


Imagen 6: Los astros cayendo, el cielo replegado, y los hombres en las cavernas.


Imagen 7: Justine cautivada y en posición masoquista frente a la muerte y a Melancolía.






Autora del análisis: Martina Muschera



Bibliografía
· Eliade, Mircea; Mito y realidad; Editorial Labor; Barcelona; 1992.
· Martínez Fernández, Primitivo; Los mitos manipuladores psicológicos; Editorial Boriken Libros; 1996.
· Sáenz, Alfredo; El Icono. Esplendor de lo Sagrado; Ed. Glaudius; Buenos Aires; 1997.
· Sánchez, Juan José; Símbolo. En: Floristán, Casiano; Tamayo, Juan José; Conceptos Fundamentales del Cristianismo; Editorial Trotta; Madrid; 1993.
· Nietzsche, Friedrich; Nihilismo: Escritos póstumos; traducción de Gonçal Mayos; Barcelona; Editorial Península; 2006.
· Störig, Hans Joachim; Historia Universal de la Filosofía; Madrid; Tecnos; 1995.
· Lacan, Jacques; Kant con Sade En Escritos 2; México, Siglo XXI; 1985.
· Freud, Sigmund; El yo y el ello; Obras completas Tomo XIX; Buenos Aires:; Amorrortu; 2006.
· La Biblia; El Libro Del Pueblo de Dios; Editorial San Pablo; 2002.
· Apologética Católica; La doctrina católica sobre el pecado original (artículo).
· Catecismo de la Iglesia Católica; La profesión de la fe cristiana; La caída.
· Xarxa telemática educativa de Catalunya; Melancolía: el dolor de existir.
· Arts and Faith; forums; Melancholía.
· Lacan, Jacques; "Los escritos técnicos de Freud", Seminario I, Paidós.
· Ficha de cátedra; Ello, yo y Superyó; Módulo práctico; 2013.
· Ficha de cátedra; El ello y el superyó (ideal del yo); Módulo práctico; 2013.
· Braustein, Néstor y otros; La re-reflexión de los conceptos de Freud en la obra de Lacan; México; Ed. Siglo XXI; 1999.
· Hegel, Friedrich; Fenomenología del espíritu; Ed. Fondo de cultura económica; 1996.




Referencias
[1] Eliade, Mircea; Mito y realidad; Editorial Labor; Barcelona; 1992.
[2] Martínez Fernández, Primitivo; Los mitos manipuladores psicológicos; Editorial Boriken Libros, inc., 1996
[3] Catecismo de la Iglesia Católica; La profesión de la fe cristiana; La caída.
[4] Sáenz, Alfredo; El Icono. Esplendor de lo Sagrado; Ed. Glaudius; Buenos Aires; 1997.
[5] Sánchez, Juan José, “Símbolo”. En: Floristán, Casiano; Tamayo, Juan José, Conceptos Fundamentales del Cristianismo, Editorial Trotta,Madrid, 1993
[6] Mt. 7. 12 - 14
[7] Arts and Faith; forums; Melancholia.
[8] Xarxa telemática educativa de Catalunya, Melancolía: el dolor de existir.
[9] Gn. 6. 5-8
[10] Apoc. 6. 13-16
[11] Apoc. 22 . 20
[12] Hegel, Friedrich; Fenomenología del espíritu; ed. Fondo de cultura económica; 1996.

6 dic 2013

El Barbero






ELENCO: Julio Fernandez (barbero) - Ezequiel De Almeida (Jesus)

Director: Gabriela Pella
Producción: Gabriel Spalletta
Asistente de Direccion: Catalina Fioramonti
Dirección de Fotografía: Jonatan Vigabriel
Dirección de Sonido: Daniel Bisignano
Dirección de Arte: Gonzalo Iglesias
Cámara: Manuela Varela
Montaje: Martina Muschera

Proyectado en el  9º Festival de cortos de Penca.
http://colectivopenca.wordpress.com/programacion-2/dia-1-13febrero/

Proyectado en el Ciclo Audiovisual Independiente Nodoland.

Proyectado en "LA NOCHE DE IMAGEN Y SONIDO" - Cortometrajes 2013.