Me cruzó en la calle, no alcanzé a verlo,me tomó del brazo y dijo "Che, ¿no te queda un negro?".
Saqué el arrugado atado y cayó un billete,
sonrió y el arco estaba pa' probarla de lejos.
Ay, maldita suerte, pensé, hoy vuelvo pateando,
silbando bajito alguna canción de Bob (no woman, no cry).
Pero ese cristiano agarró y lo puso en mi mano
alquilando esta oreja aquella noche de bajón.
Chocan dos mundos matungos,
tan distintos, tan igual.
En este invierno tran crudo
se abrigan con su verdad.
Hablamos de la vida, y de cómo la muerte
le fué copando la esquina,
de padres ausentes y de este presente
que es aterrador.
Tomamos un vino
y armamos un fino pa' olvidar,
un vagabundo sin refugio y este nene de mamá.