5 ago 2013

No somos antieducación, la educación es antinosotros.

4 de agosto de 2013 a la(s) 20:24

El alumno se despierta, son las 7 de la mañana. Vive muy lejos del colegio, no va a llegar temprano y decide no ir, porque igual va a tener una falta. La mamá lo reta porque se va a quedar libre y porque siempre con él es lo mismo. El alumno llega al colegio y con miedo, atraviesa la puerta del aula. Sabe que lo espera por lo menos, un reto de la profesora (si no es un uno por perderse el oral que ya empezó). Se sienta en el banco que le asignó la preceptora y lo mismo de siempre. L a clase de biología es muy aburrida, las clases en general bah. El alumno escucha, o hace como que escucha. Pero en realidad está pensando si la fiesta del nacional se va a poner o no, y eso que recién es martes. La profesora se enoja porque nadie sabe decirle qué son los glóbulos rojos, lo explicó la semana pasada, es indignante que nadie se acuerde. “La juventud está perdida”, dice. El timbre suena, al fin.
El alumno sabe (o no), que como tal será el “no iluminado” y no tendrá luz,  por lo menos hasta que suene ese timbre que lo hace libre por un rato. ¿Pero libre de qué? El alumno siente que fuera del aula es libre porque deja de ser ese alumno para ser un pibe más, libre de ese uno que lo castiga y de esos bancos que lo encierran. “¿Sabías que la estructura de la escuela se pensó igual a la de la fábrica?” le pregunta un compañero. Y al pibe le parece obvio, desde el patio el aula se ve bastante como una fábrica. Esas fábricas que conocemos en las que se fabrican productos igualitos, le hacen acordar a ese aula.
Hoy venimos a hablarles de algo que para nosotros es urgente que discutamos, que critiquemos, que valoremos. Venimos a decirles que lo urgente hoy para nosotros es la educación pública.  La educación pública así como la conocemos, es la misma hace muchos años. Y como la defendemos, hay que criticarla y cuando se pueda, cambiar esas cosas que todavía van mal. Porque no somos anti educación, creemos que hay que modificarla para que podamos sentirnos incluídos en la escuela. No solo nosotros, es decir, los pibes del Pelle. Si no todos, incluídos en esta educación. Los pibes del pelle, de la Técnica 32, del cerámica, todos los que van a la fiesta del Nacional el sábado. Pero también esos que no van a la fiesta del Nacional y tampoco van al colegio lunes o viernes.  Esta educación nos resulta excluyente, desigual. Al alumno se le dice alumno y así le va. El alumno se dedica a acumular conocimiento tal como un banco. El alumno antes del contacto con la escuela así como la conocemos era, aparentemente, un ser vacío y sin historia, sin origen. Los alumnos en esta escuela una vez llenos de conocimiento serán evaluados y si no cumplen con los requisitos, entonces tienen un 1 y no pasan de año. Y chau alumno, un pibe más en la calle (y atrás de él muchos más porque claro, ¿cuántos pueden entrar a esta escuela?).

  Por todo esto, es nuestra hora, la de los estudiantes. La hora de darnos cuenta que si no lo hacemos nosotros, no lo va a hacer nadie. De darnos cuenta que el pelle no se puede dar el lujo de levantarse sólo cuando se le cae un techo o le ponen un rector a dedo. Es la hora de que nosotros, en nuestro rol de estudiantes y de jóvenes, nos comprendamos como sujetos activos en nuestra realidad y podamos transformarla. Que comprendamos que si tomando 60 colegios decimos que queremos participar en el cambio de las currículas pegamos fuerte y que si queremos transformar nuestro sistema educativo actual, por más utópico que suene, podemos hacerlo. Se empieza por el debate, por la problematización de lo que hoy vemos como natural.         
Desde Cambalache estamos llevando a cabo la campaña “No somos anti educación, la educación es anti nosotros”, cuyo horizonte es la reforma del plan de estudios. Para eso tomamos 3 ejes principales.

        - Acción solidaria. Comprendemos a esta materia como una herramienta de cambio enorme, que hoy en día, por la forma en la cual se lleva a cabo, no se utiliza como tal. ¿Cuántas veces fuiste a la institución en la que laburaban? ¿Planificabas antes de ir? ¿Sentiste que realmente formaron un vínculo en el cual generaste algo a largo plazo en esa realidad? Las respuestas suelen ser negativas y vemos que las razones son varias: la falta de formación previa sobre, por ejemplo a la hora de hacer apoyo escolar, cómo enseñar a hacer ciertas cosas. El desconocimiento casi total de la población con la que se labura. La mala elección de las zonas por problemas de accesibilidad y las pocas veces que se realizan las salidas de campo en el año.
- Educación sexual integral con perspectivas en género. Si tuviste educación sexual en el colegio, fue porque te tocó un profe más o menos copado de biología o tutoría que tuvo ganas de enseñarte algo. Pero la forma en la que te lo dio fue desde sus propias experiencias y hasta quizás los dividió entre hombres y mujeres… un poco de otra época. Hoy tenemos vigente una la Ley de Educación Sexual Integral, la cual es positiva, pero no la vimos aplicada nunca. Vemos como crucial que esta materia entre en las currículas. Que desde la educación se erradiquen los estereotipos de los roles del hombre y la mujer que existen históricamente y que se den herramientas, se informe, se prevenga.
- Educación Popular. Este eje abarca cuestiones algo más abstractas, como la relación educador-educando, la forma del dictado de contenidos y quién elige esos contenidos. A nuestro entender, este eje abarca todas las materias en general, entendiendo que hay problemáticas profundas en cada una de ellas, aunque sean más complejas de entrever.

Por esto, los invitamos a todos a participar de las actividades, a debatir, a plantear dudas, soluciones, u otras cosas que ustedes ven en la educación.
Este asunto está ahora y para siempre en tus manos!

Lista Cambalache.


A veces es lindo saber que te egresaste de un colegio así.

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