Nos gustaria que lo que no decimos caiga en el olvido, pero lo que no decimos se nos acumula en el cuerpo, nos llena el alma de gritos mudos. Lo que no decimos se transforma en insomnio, en dolor de garganta. Lo que no decimos se transforma en nostalgia, en destiempo. Lo que no decimos se transforma en debe, en deuda, en asignatura pendiente. Las palabras que no decimos se transforman en insatisfaccion, en tristeza, en frustracion.
Lo que no decimos no muere, nos mata.
¿Será que la gente que tenemos blog lo hacemos
porque tenemos muchas cosas que decir?
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